La trazabilidad tiene un sinfín de aplicaciones prácticas como la utilización de la
misma para llevar a cabo el aseguramiento de la calidad del producto
fabricado, sirviéndose, en este ejemplo, de un sistema de puntos en
relieve grabados sobre el mismo como método de identificación necesario
previo.
Antiguamente cada botella/envase de vidrio era realizado
artesanalmente y uno por uno, pero desde hace muchos años se fabrican
industrialmente.
Los puntos en relieve grabados en la mayoría de los envases de vidrio
son elementos de trazabilidad y sirven para asegurar la calidad del
envase.
Para llevar un control exhaustivo de calidad de los lotes de
fabricación, cada molde tiene una serie de protuberancias (puntitos)
dispuestos de manera diferente en cada uno. En caso de salir alguno
defectuoso, rápidamente se puede controlar a qué lote/molde pertenece.
Los puntos en relieve son los elementos de trazabilidad. |
Los envases de vidrio generalmente se producen en máquinas de
secciones independientes (IS en inglés). De tal forma que, por ejemplo,
una 12 IS de doble gota fabrica en cada ciclo 24 envases.
Cada uno de
estos envases, una vez fabricado, pasa por una serie de máquinas de
inspección y control para comprobar que cumple con todas las
especificaciones del cuaderno de cargas de ese envase.
Estas máquinas,
además de rechazar los envases que están fuera de especificaciones,
registran la correspondiente anomalía, que asocian a través de los
puntos con la sección que los ha fabricado.
Un sistema informático
experto, que se retroalimenta en continuo, señala la causa más probable
del rechazo y en función de ello, mediante un sistema de regulación
automática puede actuar sobre la causa (o incluso bloquear esa sección
si el número de rechazos excede del valor prefijado) con el doble
propósito de mejorar la calidad y la productividad.
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