jueves, 4 de junio de 2015

Covap como ejemplo de trazabilidad RFID en jamones.

A continución pondremos como ejemplo del uso de la tecnología RFID a Covap, una cooperativa agrícola española con sede en Andalucía, que utiliza este sistema RFID UHF para rastrear las piernas de jamón de primera calidad (jamón ibérico).

Como podemos ver en su web, Covap es la mayor cooperativa agrícola-industrial en Andalucía, con ventas de 380 millones de euros en 2014. En cuanto al uso de la trazabilidad en su negocio, Covap comenzó a usar la identificación por radiofrecuencia en su división de productos lácteos, implementando el sistema que controla los movimientos de 1.300 palets al día.

Actualmente, la cooperativa realiza el seguimiento del jamón del matadero durante toda la preparación y diversos procesos de curado, hasta el punto de embarque de salida. Covap mantiene esta trazabilidad en cada jamón por un periodo de al menos tres años (el tiempo que necesita un jamón curado para producirse).
 
Dos de los lectores de Covap están 
instalados en torres de 12 metros de altura y montados sobre ruedas para que puedan ser trasladados a lo largo de los bastidores de secado, que cargan hasta 60 jamones.
Con la utilización de la aplicación RFID se permite reducir los tiempos de manipulación, permitir el control de los productos en base a su categoría y realizar la trazabalidad de la producción de cada pata de jamón para cumplir con las regulaciones alimenticias. 

Covap elabora unos 300.000 jamones cada año, lo que implica una amplia varieda de procesos de producción involucrados.
Al obtener mayor visibilidad a nivel de producto en cada fase de la producción, y al mantener los datos correspondientes a la producción de cada año, Covap es capaz de diseñar procesos más eficientes y lograr una mejor comprensión de cómo los cambios leves en las condiciones de producción pueden afectar al sabor de un jamón y a su calidad.
Secadero de jamones controlado con tecnología RFID

Al obtener mayor visibilidad a nivel de producto en cada fase de la producción, y al mantener los datos correspondientes a cada producción durante tres años, Covap puede ser capaz de diseñar procesos más eficientes y lograr una mejor comprensión de cómo los cambios leves en las condiciones de producción puede afectar el sabor de un jamón y su calidad.

Para producir sus jamones, Covap sacrifica los cerdos, los corta en cuatro partes y luego seca y prepara las piernas, que son tratadas, saladas y ordenadas en función de su peso y otros factores. 
Un experto en la producción de jamón determina el proceso exacto para cada lote sobre la base de una variedad de factores, incluida la alimentación original del animal y el nivel de PH de la carne. Las patas son estacionadas en celdas de temperatura controlada que reproducen las condiciones originales con las que el jamón se hizo a mano.

Etiqueta RFID en una pata de jamón
Después de que el cerdo es descuartizado y limpiado, Covap coloca los lazos de la etiqueta RFID en el tobillo de la pierna de jamón, y también se aplica el código de barras que utilizaba COVAP en su sistema para el seguimiento de las piernas.
Covap continua utilizando los códigos de barras como sistema de seguridad en forma indefinida. Ambos sistemas son compatibles.
Un número único de identificación es el único dato almacenado en las etiquetas. Para mayor información sobre el jamón, incluida la información médica sobre el cerdo de origen, se mantiene una base de datos relacionada con el número de identificación. La cooperativa emplea una gran variedad de lectores de Intermec para leer las etiquetas en cinco puntos diferentes del proceso de producción.
Impresora y lector de Intermec 

La lectura inicial de las etiquetas se lleva a cabo en el matadero, inmediatamente después del marcado. La información se utiliza para fines de inventario, así como para iniciar el proceso de seguimiento. 

El producto se desplaza por una cinta transportadora a través de un túnel, en la que la sangre es exprimida. Antes de que las piernas entren en el túnel, un lector RFID lee la etiqueta. A continuación, los jamones son salados y sus etiquetas se leen una vez más antes de que el proceso comience.
“En cada punto de lectura, necesitamos tipos de antenas diferentes y configuraciones especificas para los lectores”, explican en Covap.
Otro punto de lectura se produce durante lo que se llama la transición, en la que el maestro de la producción de jamón decide dónde se mueven los jamones de mayor curación, basado en varios parámetros.
Además, si es necesario, Covap puede enviar jamones a través de un sistema de clasificación, que determina la clasificación de la carne en función de su peso y los niveles de PH. Covap ha montado un lector dentro de un túnel a través del cual se mueve el producto sobre una cinta transportadora.
Covap opera con numerosas bodegas para la curación del jamón, por ello decidió utilizar un lector que podría pasar de bodega en bodega en lugar de instalar un equipo en cada entrada del depósito. Es por eso que dos de los lectores están montados sobre ruedas y equipados con ocho antenas cada uno. El lector y las antenas están montados en pie de doce metros de altura (la altura de un rack de jamones), y se puede mover a lo largo de los bastidores de secado, que posee 60 jamones de cada uno. Los índices de lectura promedio se encuentran entre el 93 y casi el 100 por ciento.

Según COVAP, los beneficios de la utilización de RFID derivan en una trazabilidad de producto mejorada, lo que ayuda a ahorrar tiempo en la búsqueda de artículos y evita la necesidad de desperdiciar productos que no han sido correctamente rastreados. Además, la compañía ha eliminado algunos de los procesos de exploración manual, ahorrando así tiempo y dinero.
Covap prestó especial dedicación al proceso de capacitación de sus empleados, explicando los objetivos del sistema y clarificando que la nueva tecnología no fue diseñada para reemplazarlos, sino para optimizar la eficiencia general de los procesos involucrados.

Trazabilidad en las latas de conservas

En esta entrada vamos a explicar cómo la trazabilidad no sólo se aplica a productos alimentarios, aunque sea el tema central de nuestro blog.
También queremos hacer una breve incursión en el apartado de envases y embalajes. Así, a continuación pasaremos a hablar de la trazabilidad en un producto muy importante en nuestra cesta de la compra: las conservas.

De hecho, al final de esta entrada descubrirás qué significan los números que vienen en las latas de  refresco.
El material utilizada para la elaboración de las latas de conservas es el acero. Los envases de acero ofrecen una mayor resistencia ante cualquier práctica agresiva de transporte o manipulación registrada a lo largo de toda la cadena logística. 


Los envases de acero presentan una trazabilidad excelente. Los sistemas de gestión de calidad utilizados en el sector del acero durante la fabricación del envase permiten llevar la trazabilidad (ascendente y descendente) del envase hasta el lote de producción de forma rápida y detallada.

Los estrictos requisitos de homologación aplicados en la industria siderúrgica dan a la materia prima que va a estar en contacto con el alimento un “pedigrí”: cada bobina está identificada según su composición, propiedades físicas y mecánicas. Cada bobina tiene un número de serie único, generado y archivado por ordenador, que se imprime en una etiqueta y que va adjunto con toda la información pertinente en cada remesa de bobinas que se envía al fabricante de latas.

En caso de una retirada de productos del mercado, esto supone una gran ventaja para las firmas y los minoristas, ya que permite determinar con mayor precisión la cantidad de productos que deben retirarse y reaccionar en el momento oportuno.

¿Cómo se realiza la codificación en las latas? 

Codificación hot-quick-coder: gracias a una codificadora industrial, se realiza una aplicación de códigos alfanúmericos en tinta por impacto a alta velocidad sobre la superficie de la lata.

Aplicación por impacto.


Tinta indicadora de temperatura de esterilización: se trata de etiquetas diseñadas para que cambién automáticamente de color a medida que avanza su proceso de esterilización. De este modo, cuando llega al color final, sabemos el proceso ha sido completado con existo y podrá pasar a la siguiente fase.



Etiquetas de temperatura: para contraolar las variaciones de temperatura producidas a lo largo de la cadena logística. Se trata de una escala de temperaturas que al alcazar su temperatura indicada, se torna en un color oscuro.

  
¿Por qué no pruebas la próxima vez que compres una lata de refresco?

Todos y cada uno de los envases que llegan al mercado llevan su codificación individual de manera visible y legible en el envase, etiqueta o tapón, con la fecha de consumo preferente (FCP) y el lote de fabricación. Dicha codificación se realiza de la siguiente manera:



Estos sistemas de codificación de envase individual y palé permiten tener localizado cualquiera de nuestros productos en todo momento y la reconstrucción de las condiciones de fabricación, envasado, almacenado y distribución, de manera que si surgiera alguna circunstancia que obligase a retirar el producto del mercado la localización del mismo está asegurada.
Para garantizar el perfecto funcionamiento del sistema se ejecuta un programa de ejercicios periódicos de trazabilidad, lo que nos permite estar siempre preparados para gestionar cualquier potencial situación de crisis alimentaria.



Trazabilidad en las botellas y envases de vidrio

La trazabilidad tiene un sinfín de aplicaciones prácticas como la utilización de la misma para llevar a cabo el aseguramiento de la calidad del producto fabricado, sirviéndose, en este ejemplo, de un sistema de puntos en relieve grabados sobre el mismo como método de identificación necesario previo.

Antiguamente cada botella/envase de vidrio era realizado artesanalmente y uno por uno, pero desde hace muchos años se fabrican industrialmente.

Los puntos en relieve grabados en la mayoría de los envases de vidrio son elementos de trazabilidad y sirven para asegurar la calidad del envase.

Para llevar un control exhaustivo de calidad de los lotes de fabricación, cada molde tiene una serie de protuberancias (puntitos) dispuestos de manera diferente en cada uno. En caso de salir alguno defectuoso, rápidamente se puede controlar a qué lote/molde pertenece.
Los puntos en relieve son los elementos de trazabilidad.
























Los envases de vidrio generalmente se producen en máquinas de secciones independientes (IS en inglés). De tal forma que, por ejemplo, una 12 IS de doble gota fabrica en cada ciclo 24 envases. 

Cada uno de estos envases, una vez fabricado, pasa por una serie de máquinas de inspección y control para comprobar que cumple con todas las especificaciones del cuaderno de cargas de ese envase. 

Estas máquinas, además de rechazar los envases que están fuera de especificaciones, registran la correspondiente anomalía, que asocian a través de los puntos con la sección que los ha fabricado. 

Un sistema informático experto, que se retroalimenta en continuo, señala la causa más probable del rechazo y en función de ello, mediante un sistema de regulación automática puede actuar sobre la causa (o incluso bloquear esa sección si el número de rechazos excede del valor prefijado) con el doble propósito de mejorar la calidad y la productividad.

Trazabilidad de la carne de vacuno

La producción de carne es un proceso complejo que incluye desde los aspectos de la crianza de los animales en las granjas hasta los aspectos de transformación de la carne que ocurren después del sacrificio de los mismos.

Por ello, un buen sistema de trazabilidad debe garantizar la relación entre la identificación de la carne y el animal o los animales de que procede a través de todas las etapas de producción, transformación, distribución y venta de la carne de vacuno.


El sistema de trazabilidad de la carne de vacuno se apoya en dos pilares básicos:
  • Un sistema de identificación y registro de los animales.
  • Un etiquetado obligatorio "de origen" de la carne de vacuno.


Los elementos que se utilizan para el sistema de identificación y registro en la granja de los animales vacunos son los siguientes:
  • Crotales (marcas auriculares) para la identificación individual de cada animal.
  • Documentos de identificación bovinos (DIB).
  • Los libros de registro en cada explotación.
 
 
A la llegada al matadero se realiza, obligatoriamente y bajo supervisión oficial, un control de identidad de los animales, verificando que existe una correspondencia entre el crotal del animal y el DIB.
A partir de este punto se asigna el nº de referencia, que asegura la relación entre la carne y el animal o grupo de animales.

Según la legislación vigente, la etiqueta de carne de vacuno debe contener la siguiente información de forma legible:
  • Número de referencia.
  • País de nacimiento o "nacido en".
  • País/es de engorde o "criado en" o "engordado en" o "cebado en".
  • "Sacrificado en" país y nº de autorización sanitaria del matadero.
  • "Despiece en" país y nº de autorización sanitaria de la sala de despiece.
Esta información debe mostrarse en las etiquetas de todas las piezas de carne de vacuno que se generen a lo largo de la cadena de suministros.

Por otra parte, todas las industrias alimentarias (mataderos, salas de despiece, almacenes frigoríficos, establecimientos de venta al consumidor final) deberán mantener los registros con la información sobre la entrada y salida de los productos durante al menos 3 años.

Si deseas ampliar más información relativa a la trazabilidad de la carne de vacuno, puedes consultar estas Recomendaciones AECOC de etiquetado para la carne de vacuno.

Trazabilidad de los huevos de gallina


La trazabilidad ha adquirido una gran relevancia desde la publicación de la normativa comunitaria de higiene alimentaria. El objetivo de la trazabilidad en los huevos de gallina es poder seguir el rastro del huevo desde su puesta hasta su venta al consumidor. 

Para conseguirlo, en la Unión Europea el huevo va marcado en la cáscara con un código distintivo de la granja de producción. En él se indica el sistema de cría de las gallinas y el país, ciudad y granja de procedencia. 

En el envase de los huevos que llegan al mercado se incluyen otros datos obligatorios, como el centro de embalaje, la fecha de consumo preferente, el peso, y la explicación del código impreso en cada huevo por ejemplo.


TRAZABILIDAD: MARCADO Y ETIQUETADO DE LOS HUEVOS

En el caso del huevo la trazabilidad está controlada desde la granja, ya que en ella se registran los detalles de la producción: origen de las aves y del pienso, los controles sanitarios realizados y todos los demás factores importantes a efectos de la seguridad alimentaria.
En el centro de embalaje se registra el origen y destino de cada lote expedido y se marca en el envase el registro sanitario y otras informaciones que hacen posible la trazabilidad completa en cualquier momento.
La información que permite la trazabilidad queda registrada en cada operador de la cadena, además de en el envase y en el producto final, y en los documentos que los acompañan durante su recorrido hasta que llega al consumidor.
En la cáscara del huevo va impreso con tinta aprobada para uso alimentario el código que identifica la granja de origen e informa a las autoridades sanitarias y consumidores sobre la forma de cría de la gallina y el país de producción. A este código, obligatorio en los huevos frescos, puede añadirse otra información adicional marcada en la cáscara (fecha de puesta, de consumo preferente o marca comercial, por ejemplo). 


Los huevos que se venden en la Unión Europea deben cumplir los reglamentos comunitarios sobre su comercialización y las normas nacionales aplicables. Esta legislación define los criterios de calidad, peso, frescura, envasado y etiquetado.

A su llegada al centro de clasificación y envasado los huevos son seleccionados. Se consideran aptos para el consumo humano directo los huevos frescos, denominados huevos de categoría A, que cumplen varios requisitos.

Los huevos frescos no se lavan ni se limpian por otros procedimientos antes o después de la clasificación. Tampoco se someten a ningún tratamiento de conservación ni refrigeración a temperaturas inferiores a 5 °C.
Los huevos frescos destinados para su consumo como huevos de mesa se clasifican en función de su peso en cuatro clases: XL, L, M o S.

Trazabilidad de la leche cruda

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Las actuaciones específicas en la seguridad de la leche cruda se organiza en torno a tres ejes:
Envases de leche con la LETRA Q
  • LETRA Q, una herramienta informática que permite a la Administración seguir el recorrido de la leche cruda a lo largo de su comercialización desde la granja hasta la industria gracias a la información proporcionada por los operadores implicados.
  • Un sistema de control interno de la calidad higiénica de la leche cruda de vaca, oveja y cabra a lo largo de esa cadena.
  • Programa de control oficial de la calidad de la leche cruda

LETRA Q
Identificación de tanques de frío de leche, LETRA Q
LETRA Q es un acrónimo de LEche cruda, TRAzabilidad y Qualidad. La Letra Q es una certificación que garantiza el control de la leche desde la explotación ganadera hasta su procesado en la industria. Es un logotipo que las industrias deciden poner de manera voluntaria en sus productos. La Letra Q es sinónimo de transparencia, seguridad y trazabilidad a lo largo de la cadena alimentaria de los productos lácteos y, por tanto, su presencia en los envases es símbolo de calidad. Obtenerla implica una serie de controles y supone ciertas ventajas.
Como primer paso todo contenedor de leche cruda  y todo agente del sector lácteo debe inscribirse en el Registro LETRA Q.
El módulo LETRA Q-Calidad permite organizar un sistema de información de la calidad de la leche cruda de vaca basándose en un esquema: cada agente, sean centros lácteos o laboratorio graba los datos de los controles efectuados, esta información queda disponible para los agentes implicados. Primeramente, los agentes afectados: tomadores de muestras, técnicos de calidad, laboratorios y centros de lavados de cisternas, deben registrarse en el Registro LETRA Q.

La Administración Autonómica registra sus propios controles en LETRA Q y comprueba la coherencia de los datos que los operadores de su demarcación territorial han introducido.


Calidad de la leche cruda
La normativa estipula que los centros lácteos deben efectuar unos controles obligatorios a las explotaciones de leche y a las cisternas de transporte de leche cruda que reciben, en los que se controlan parámetros de calidad higiénica, calidad comercial y presencia de inhibidores. 
Control LetraQ en una explotación ganadera de leche
Además de respetar los mínimos exigidos, los centros lácteos deben disponer de un Plan de muestreo anual de las explotaciones que debe comunicar previamente e inscribir en LETRA Q las figuras intervinientes, tomadores de muestras en explotación y técnico de calidad, responsable de los controles en el centro lácteo. Si se detecta la presencia de inhibidores o si los parámetros de calidad higiénica rebasan los umbrales establecidos deben actuar en consecuencia y se registra en LETRA Q notificándose automáticamente a la Autoridad competente.
Además, cada centro lácteo debe desarrollar y notificar un Plan de muestro aleatorio de detección de residuos de antibióticos “in situ” en la explotaciones de vacuno lechero.


Control oficial
Para el control de la calidad higiénica se ha establecido un programas de control de la leche cruda. El programa de control de la calidad higienico-sanitaria de la leche cruda de vaca, oveja y cabra que se basa en controles administrativos e inspecciones "in situ" de explotaciones. Este programa se encuadra en el Plan Nacional de Control de la Cadena Alimentaria. Estos controles se complementan con los que desarrolla el Departamento de Salud en cisternas y centros lácteos.

Si quieres más información sobre la trazabilidad y calidad de la leche, además de poder encontrar los enlaces para las diferentes normativas referentes a este producto, puedes consultar en esta web del Gobierno de Aragón.

La trazabilidad del pescado

A lo largo de este blog hemos publicado varias entradas soobre la trazabilidad y su aplicación a diferentes productos.

En esta ocasión vamos a hablar de trazabilidad aplicada a uno de los productos básicos en la dieta Mediterránea y con un gran peso dentro del PIB español: el pescado.




Definamos los pilares básicos de la trazabilidad en la pesca:

1- Todos los lotes de productos de la pesca y la acuicultura deben ser trazables en todas las fases de las cadenas de producción, transformación y distribución, desde la captura o la cosecha hasta la fase de comercio al por menor.


2- Los operadores facilitarán la información de trazabilidad sobre los productos de la pesca y la acuicultura en el momento en que tales productos se dispongan en lotes y a más tardar en la primera venta.

3- Tras la primera venta sólo se podrán agrupar o separar lotes si se puede identificar su procedencia hasta la fase de captura o cría.

4- Los operadores dispondrán de sistemas y procedimientos de identificación que permitirán identificar al proveedor o proveedores inmediatos y, excepto cuando sean consumidores finales, al comprador o compradores inmediatos de los productos de la pesca y la acuicultura.


Desde el pasado 1 de enero de 2012 deben incorporarse a la información de trazabilidad los siguientes requisitos mínimos relativos a cada lote de productos de la pesca y la acuicultura:

-La identificación de cada lote.
-La identificación del buque pesquero o el nombre de la unidad de producción acuícola.
-El código 3-alfa de la FAO de la especie.
-La fecha de la captura o la fecha de producción.
-Las cantidades de cada especie.
-La información de los proveedores.
-La información al consumidor: denominación comercial, nombre científico, zona geográfica y método de producción.
-La indicación de si el producto de la pesca ha sido congelado.

A partir del 1 de enero de 2015 para todos los productos de la pesca y la acuicultura la información de trazabilidad se transmitirá a través de un medio de identificación como un código, un código de barras, un circuito integrado o un dispositivo o sistema de marcado similares

No es un pez, pero quién la pescara.